
Rumbo a Escocia, tierra de castillos, monstruos, clanes y fantasmas.Iba a ser un viaje estupendo.Hacía tiempo que Kike y yo queríamos ir a Escocia. No nos gustan demasiado los viajes en grupo y sí, y mucho, ir a nuestro aire.
Organizamos nosotros el viaje, contratándolo todo por internet. Planificando la ruta con un plano y viendo blogs para los lugares recomendados.Con un plano y una guía en las manos nos propusimos recorrer Escocia.El vuelo era a New Castle. Dejamos el coche en el parking y tomamos el avión. Al llegar a New Castle recogimos el coche que previamente habíamos alquilado y tomamos carretera hacia Edimburgo.La pega era el volante... ¿por qué demonios iba en la izquierda y no tenía volante? ¿Por qué, por qué? ¿Y por qué tampoco tenía pedales? ¿Y por qué el copiloto (o sea, Kike) tenía "mi volante" y "mis pedales"???? La verdad es que resulta algo complicado el conducir por la izquierda. Pero ¿sabéis qué es lo que más se complica? LAS ROTOOOOOOONDAS. Porque...hay que cogerlas al revés... y montas una...
Pese a ello, Kike pronto se hizo con el dominio de la situación. Yo, por si las moscas, me mantuve todo el viaje delante de mi volante fantasma.
Comimos por el camino, algo rápido y no muy pesado. La autopista que comunica New Castle con Edimburgo es muy buena (A68) y la hicimos en nada.
Edimburgo es una ciudad fantástica.
El castillo de Edimburgo, que aloja las joyas de la corona de Escocia y la simbólica Piedra del Destino donde se coronaba a los reyes, domina la capital histórica de Escocia.Edimburgo es el centro administrativo de la región de Lothian y la capital de Escocia. Situada en la orilla meridional del estuario del río Forth, es la segunda ciudad más importante de Escocia, sólo superada por Glasgow. La ciudad sigue siendo uno de los ejes financieros, culturales, industriales, de enseñanza y servicios de Escocia.
El puerto de Edimburgo, en las comunidades de Leith y Granton, presta un importante servicio a los buques vinculados a la industria petrolífera del mar del Norte. Edimburgo es también uno de los principales centros turísticos de Gran Bretaña.
El edificio más típico que domina el centro de la ciudad es el Castillo de Edimburgo, que se eleva por encima de la ciudad en un escarpado acantilado. También puede destacarse la capilla de Santa Margarita, fechada en el siglo XI, lo que la convierte en la construcción más antigua de la ciudad. El castillo Rock se comunica con la residencia real escocesa del siglo XVI, el palacio de Holyrood, por un camino conocido como the Royal Mile (la Milla Real), que es la calle principal de la ciudad. Otras construcciones importantes son la catedral de Saint Giles (construida en gran parte en el siglo XV), la sede del nuevo Parlamento escocés y la casa del reformador protestante John Knox, del siglo XVI.
Entre las instituciones culturales de Edimburgo destacan la Galería Nacional de Escocia (1859), la Galería Nacional Escocesa de Retratos (1882), el Museo Real Escocés (1854) y varios museos de arte moderno e historia escocesa.
La Universidad de Edimburgo (1583) sobresale por sus facultades de derecho y medicina.Ahora echo de menos no haber hecho Erasmus en Edimburgo. Hubiera sido estupendo!
La población es de unos 450.000 habitantes. Es una ciudad sin atascos y muy tranquila. Pronto vimos que los escoceses son gente muy agradable y simpática. Nos veían con el plano en las manos y se paraban por si podían ayudarnos.Localizamos nuestro hotel: el Broughton Hotel. Un hotel pequeñito bastante cerca del centro.Echando la vista atrás, el hotel no estaba mal. Pese a ello, si volviera buscaría un B&B, funcionan estupéndamente y mucho mejor de precio que cualquier hotel en Escocia. Cenamos en un restaurante de la Royal Mile (calle emblemática de Edimburgo) y después recorrimos las calles de la ciudad.Pol se estaba portando estupendamente. Pese a que es un pillo normalmente se portó genial. No protestó en absoluto por las largas tiradas en coche y se adaptó perfectamente a las comidas fuera de horas y normas.Nos acostamos muy pronto ya que al día siguiente queríamos visitar Edimburgo. Especialmente el Castillo.El Castillo de Edimburgo está ubicado sobre el núcleo de un volcán extinto. Pese a que el castillo ya existía en el s. VI, muy poco se sabe acerca de su papel.
Es importante recordar que Edimburgo no fue la capital de Escocia hasta el final de la Edad Media, antes de esa época, la capital estaba en el lugar en donde el rey y su corte se encontraban. En el siglo XI el castillo se convierte en la residencia favorita de los reyes escoceses.
Fue en este castillo en donde Sta. Margarita murió, poco después de enterarse de la muerte de su esposo, el Rey Malcolm III y su hijo mayor, en 1093. El edificio más viejo del castillo es la capilla y está dedicada a la memoria de Sta. Margarita, pese a que probablemente no fue construida hasta después de que su hijo menor, David I ascendiese al trono en 1124.
Aparte de la capilla, nada se sabe acerca de las otras construcciones.
Entre los años 1174 y 1186 el castillo fue tomado por una guarnición inglesa, a la que le siguió la captura del rey William El León en Alnwick y luego fue nuevamente tomado por los ingleses en 1296 e iba a cambiar de manos en varias ocasiones durante el transcurso de la lucha de Escocia por la independencia de la dominación inglesa.
En 1313 los escoceses demuelen las defensas del castillo porque no querían que fuese nuevamente tomado en su contra por los ingleses.
En 1356 cuando el Rey David II regresó a Escocia del cautiverio inglés, comenzó a reconstruir las paredes del castillo y comenzaron a tener la forma actual.
David se concentró en construir una fuerte línea defensiva a lo largo del lado este, con una gran torre (después conocida como la Torre de David), para su residencia.
Su sucesor Robert II continuó con este trabajo y agregó, en los pisos superiores, una torre de entrada en el extremo norte.
Varios reyes mejoraron la residencia real dentro del castillo. Es muy posible que una sala que James I hizo construir para él, al sur de la torre de David en 1430, estuviese en el lugar del posterior palacio.
En los primeros años del siglo XVI, James IV completó una magnífica Gran Sala la cual tuvo que construirse sobre una sólida subestructura a lo largo del lado sur del castillo y fue probablemente él quien comenzó a darle a la parte sur del palacio la forma que posee hoy. Fue durante este período que el rol del castillo comenzó a tomar más importancia ya que era la sede del gobierno.
Alguna vez, el Castillo fue el principal almacén de la artillería real y en los años 1540s, fue un depósito para los registros estatales. En el año 1544 el Castillo de Edimburgo es atacado por los ingleses, pese a que no había sido seriamente amenazado, se decidió aumentar sus defensas inmediatamente y un ingeniero italiano fue el encargado de construir un bastión de artillería.
El significado político y militar del castillo comenzaba a tener más peso que su función como residencia real, excepto en caso de emergencia, y por lo tanto una residencia más cómoda y amplia se encontró para la realeza en la Abadía de Holyrood.
En 1566 Mary, Queen of Scots (María, Reina de los Escoceses) eligió dar a luz a su hijo en el castillo.
En la segunda mitad del siglo XVI, Escocia estaba dividida por los grandes conflictos internos y el castillo estaba en el medio de muchos de ellos. En 1573 las paredes volaron en pedazos cuando Kirkcaldy of Grange trató de tomarlo para la Reina María y durante los próximos 15 años, las defensas del lado este fueron transformadas.
Las ruinas de la Torre de David fueron completamente selladas por una pared maciza encabezada por una plataforma de artillería conocida como “La Batería Half Moon” y una pared transversal bastante reforzada cubierta por la batería “Forewall” se levantó a través de la roca.
Se construyó una nueva torre de entrada conocida como “La Puerta Portcullis”.
Durante 1615 y 1617 más trabajos se llevaron a cabo en anticipación al regreso de James VI a su hogar, después de haber sido coronado como James I de Inglaterra en 1603. Todos estos trabajos fueron meramente domésticos y comprendían la extensión del Palacio a fin de proveer un alojamiento apropiado para el rey.
Después de 1647 el rol real del castillo casi desapareció. En 1650 las fuerzas de ocupación de Cromwell habían comenzado a convertir los edificios reales para su uso militar mediante la subdivisión de la gran sala para formar las barracas.
Pese a que en 1672 parte del palacio fue condicionado como residencia oficial para el duque de Lauderdale como comisionado del parlamento escocés, la función principal del castillo era la de fuerte.
La fosa que atraviesa el frente de la entrada se comenzó a construir en los años 1650 y en los años 1670 se hicieron importantes mejoras en las defensas.
En los años 1720 y 1740 nuevamente se llevaron a cabo trabajos de reparación y reconstrucción de las paredes; y en 1742 se construyó una casa elegante para el gobernador al noroeste del complejo de los edificios principales.
Durante estos años, el Castillo sufrió varios ataques; en 1640 el General Leslie lo había sitiado y tomado para los garantes y en 1650 fue tomado por Cromwell.
En 1689, el duque de Gordon intentó sin éxito defender el castillo para James VII contra la fuerzas de William y Mary y en 1715 los Jacobitas hicieron un intento de tomarlo para el viejo Pretendiente.
El último vestigio de acción ocurrido en el castillo fue en 1745 cuando las fuerzas del Príncipe Charles hicieron otro intento desganado de tomarlo.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, las defensas del castillo habían alcanzado la forma que tienen hoy y a partir de esta fecha, la principal actividad de construcción se concentró en las estructuras dentro de las paredes del castillo.
En 1796 extensas y nuevas barracas se construyeron hacia el extremo sur para albergar a los soldados que luchaban en las guerras con Francia.
A comienzos del siglo XIX el rol del castillo comienza a modificarse por una creciente conciencia de su importancia histórica y de sus asociaciones románticas.Sir Walter Scott estuvo estrechamente involucrado en este cambio de actitudes.
En 1846 la capilla de Sta. Margarita fue redescubierta entre el abarrotado grupo de edificios posteriores y fue restaurada a la forma que se creía que tenía en el siglo XII. En 1858 comenzaron los trabajos de reconstrucción de algunas de las paredes occidentales pero posteriormente se abandonaron debido a la protesta pública.
Bueno, fin del rollo histórico.
No dejéis de visitar el castillo. Vale la pena comprar la guía que te venden en la entrada y llevar un teleguía. Hacía un día muy muy muy frío y tanta humedad que la cámara se nos empañó...
Veréis en las fotos qué caras tenemos de frío. Brrrrrrrrrrrrr! Debo decir que las fotos de todo el viaje las hicimos entre los tres, por lo que en las que salimos Kike y yo es Pol quien hace la foto. Es una estupendo fotógrafo, le salen algo torcidas pero quizá es su modus operandi, ¿no?