martes, 24 de abril de 2007

Día 2 de Abril de 2.007. Girona-New Castle-Edimburgo



Rumbo a Escocia, tierra de castillos, monstruos, clanes y fantasmas.

Iba a ser un viaje estupendo.

Hacía tiempo que Kike y yo queríamos ir a Escocia. No nos gustan demasiado los viajes en grupo y sí, y mucho, ir a nuestro aire.

Organizamos nosotros el viaje, contratándolo todo por internet. Planificando la ruta con un plano y viendo blogs para los lugares recomendados.

Con un plano y una guía en las manos nos propusimos recorrer Escocia.
El vuelo era a New Castle. Dejamos el coche en el parking y tomamos el avión. Al llegar a New Castle recogimos el coche que previamente habíamos alquilado y tomamos carretera hacia Edimburgo.

La pega era el volante... ¿por qué demonios iba en la izquierda y no tenía volante? ¿Por qué, por qué? ¿Y por qué tampoco tenía pedales? ¿Y por qué el copiloto (o sea, Kike) tenía "mi volante" y "mis pedales"???? La verdad es que resulta algo complicado el conducir por la izquierda. Pero ¿sabéis qué es lo que más se complica? LAS ROTOOOOOOONDAS. Porque...hay que cogerlas al revés... y montas una...



Pese a ello, Kike pronto se hizo con el dominio de la situación. Yo, por si las moscas, me mantuve todo el viaje delante de mi volante fantasma.

Comimos por el camino, algo rápido y no muy pesado. La autopista que comunica New Castle con Edimburgo es muy buena (A68) y la hicimos en nada.

Edimburgo es una ciudad fantástica.

El castillo de Edimburgo, que aloja las joyas de la corona de Escocia y la simbólica Piedra del Destino donde se coronaba a los reyes, domina la capital histórica de Escocia.
Edimburgo es el centro administrativo de la región de Lothian y la capital de Escocia. Situada en la orilla meridional del estuario del río Forth, es la segunda ciudad más importante de Escocia, sólo superada por Glasgow. La ciudad sigue siendo uno de los ejes financieros, culturales, industriales, de enseñanza y servicios de Escocia.



El puerto de Edimburgo, en las comunidades de Leith y Granton, presta un importante servicio a los buques vinculados a la industria petrolífera del mar del Norte. Edimburgo es también uno de los principales centros turísticos de Gran Bretaña.





El edificio más típico que domina el centro de la ciudad es el Castillo de Edimburgo, que se eleva por encima de la ciudad en un escarpado acantilado. También puede destacarse la capilla de Santa Margarita, fechada en el siglo XI, lo que la convierte en la construcción más antigua de la ciudad. El castillo Rock se comunica con la residencia real escocesa del siglo XVI, el palacio de Holyrood, por un camino conocido como the Royal Mile (la Milla Real), que es la calle principal de la ciudad. Otras construcciones importantes son la catedral de Saint Giles (construida en gran parte en el siglo XV), la sede del nuevo Parlamento escocés y la casa del reformador protestante John Knox, del siglo XVI.
Entre las instituciones culturales de Edimburgo destacan la Galería Nacional de Escocia (1859), la Galería Nacional Escocesa de Retratos (1882), el Museo Real Escocés (1854) y varios museos de arte moderno e historia escocesa.



La Universidad de Edimburgo (1583) sobresale por sus facultades de derecho y medicina.


Ahora echo de menos no haber hecho Erasmus en Edimburgo. Hubiera sido estupendo!
La población es de unos 450.000 habitantes. Es una ciudad sin atascos y muy tranquila. Pronto vimos que los escoceses son gente muy agradable y simpática. Nos veían con el plano en las manos y se paraban por si podían ayudarnos.


Localizamos nuestro hotel: el Broughton Hotel. Un hotel pequeñito bastante cerca del centro.









Echando la vista atrás, el hotel no estaba mal. Pese a ello, si volviera buscaría un B&B, funcionan estupéndamente y mucho mejor de precio que cualquier hotel en Escocia. Cenamos en un restaurante de la Royal Mile (calle emblemática de Edimburgo) y después recorrimos las calles de la ciudad.







Pol se estaba portando estupendamente. Pese a que es un pillo normalmente se portó genial. No protestó en absoluto por las largas tiradas en coche y se adaptó perfectamente a las comidas fuera de horas y normas.


Nos acostamos muy pronto ya que al día siguiente queríamos visitar Edimburgo. Especialmente el Castillo.







El Castillo de Edimburgo está ubicado sobre el núcleo de un volcán extinto. Pese a que el castillo ya existía en el s. VI, muy poco se sabe acerca de su papel.


Es importante recordar que Edimburgo no fue la capital de Escocia hasta el final de la Edad Media, antes de esa época, la capital estaba en el lugar en donde el rey y su corte se encontraban. En el siglo XI el castillo se convierte en la residencia favorita de los reyes escoceses.
Fue en este castillo en donde Sta. Margarita murió, poco después de enterarse de la muerte de su esposo, el Rey Malcolm III y su hijo mayor, en 1093. El edificio más viejo del castillo es la capilla y está dedicada a la memoria de Sta. Margarita, pese a que probablemente no fue construida hasta después de que su hijo menor, David I ascendiese al trono en 1124.


Aparte de la capilla, nada se sabe acerca de las otras construcciones.

Entre los años 1174 y 1186 el castillo fue tomado por una guarnición inglesa, a la que le siguió la captura del rey William El León en Alnwick y luego fue nuevamente tomado por los ingleses en 1296 e iba a cambiar de manos en varias ocasiones durante el transcurso de la lucha de Escocia por la independencia de la dominación inglesa.
En 1313 los escoceses demuelen las defensas del castillo porque no querían que fuese nuevamente tomado en su contra por los ingleses.
En 1356 cuando el Rey David II regresó a Escocia del cautiverio inglés, comenzó a reconstruir las paredes del castillo y comenzaron a tener la forma actual.
David se concentró en construir una fuerte línea defensiva a lo largo del lado este, con una gran torre (después conocida como la Torre de David), para su residencia.
Su sucesor Robert II continuó con este trabajo y agregó, en los pisos superiores, una torre de entrada en el extremo norte.
Varios reyes mejoraron la residencia real dentro del castillo. Es muy posible que una sala que James I hizo construir para él, al sur de la torre de David en 1430, estuviese en el lugar del posterior palacio.
En los primeros años del siglo XVI, James IV completó una magnífica Gran Sala la cual tuvo que construirse sobre una sólida subestructura a lo largo del lado sur del castillo y fue probablemente él quien comenzó a darle a la parte sur del palacio la forma que posee hoy. Fue durante este período que el rol del castillo comenzó a tomar más importancia ya que era la sede del gobierno.
Alguna vez, el Castillo fue el principal almacén de la artillería real y en los años 1540s, fue un depósito para los registros estatales. En el año 1544 el Castillo de Edimburgo es atacado por los ingleses, pese a que no había sido seriamente amenazado, se decidió aumentar sus defensas inmediatamente y un ingeniero italiano fue el encargado de construir un bastión de artillería.
El significado político y militar del castillo comenzaba a tener más peso que su función como residencia real, excepto en caso de emergencia, y por lo tanto una residencia más cómoda y amplia se encontró para la realeza en la Abadía de Holyrood.
En 1566 Mary, Queen of Scots (María, Reina de los Escoceses) eligió dar a luz a su hijo en el castillo.
En la segunda mitad del siglo XVI, Escocia estaba dividida por los grandes conflictos internos y el castillo estaba en el medio de muchos de ellos. En 1573 las paredes volaron en pedazos cuando Kirkcaldy of Grange trató de tomarlo para la Reina María y durante los próximos 15 años, las defensas del lado este fueron transformadas.
Las ruinas de la Torre de David fueron completamente selladas por una pared maciza encabezada por una plataforma de artillería conocida como “La Batería Half Moon” y una pared transversal bastante reforzada cubierta por la batería “Forewall” se levantó a través de la roca.
Se construyó una nueva torre de entrada conocida como “La Puerta Portcullis”.



Durante 1615 y 1617 más trabajos se llevaron a cabo en anticipación al regreso de James VI a su hogar, después de haber sido coronado como James I de Inglaterra en 1603. Todos estos trabajos fueron meramente domésticos y comprendían la extensión del Palacio a fin de proveer un alojamiento apropiado para el rey.
Después de 1647 el rol real del castillo casi desapareció. En 1650 las fuerzas de ocupación de Cromwell habían comenzado a convertir los edificios reales para su uso militar mediante la subdivisión de la gran sala para formar las barracas.
Pese a que en 1672 parte del palacio fue condicionado como residencia oficial para el duque de Lauderdale como comisionado del parlamento escocés, la función principal del castillo era la de fuerte.
La fosa que atraviesa el frente de la entrada se comenzó a construir en los años 1650 y en los años 1670 se hicieron importantes mejoras en las defensas.
En los años 1720 y 1740 nuevamente se llevaron a cabo trabajos de reparación y reconstrucción de las paredes; y en 1742 se construyó una casa elegante para el gobernador al noroeste del complejo de los edificios principales.
Durante estos años, el Castillo sufrió varios ataques; en 1640 el General Leslie lo había sitiado y tomado para los garantes y en 1650 fue tomado por Cromwell.
En 1689, el duque de Gordon intentó sin éxito defender el castillo para James VII contra la fuerzas de William y Mary y en 1715 los Jacobitas hicieron un intento de tomarlo para el viejo Pretendiente.
El último vestigio de acción ocurrido en el castillo fue en 1745 cuando las fuerzas del Príncipe Charles hicieron otro intento desganado de tomarlo.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, las defensas del castillo habían alcanzado la forma que tienen hoy y a partir de esta fecha, la principal actividad de construcción se concentró en las estructuras dentro de las paredes del castillo.
En 1796 extensas y nuevas barracas se construyeron hacia el extremo sur para albergar a los soldados que luchaban en las guerras con Francia.
A comienzos del siglo XIX el rol del castillo comienza a modificarse por una creciente conciencia de su importancia histórica y de sus asociaciones románticas.


Sir Walter Scott estuvo estrechamente involucrado en este cambio de actitudes.




En 1846 la capilla de Sta. Margarita fue redescubierta entre el abarrotado grupo de edificios posteriores y fue restaurada a la forma que se creía que tenía en el siglo XII. En 1858 comenzaron los trabajos de reconstrucción de algunas de las paredes occidentales pero posteriormente se abandonaron debido a la protesta pública.

Bueno, fin del rollo histórico.

No dejéis de visitar el castillo. Vale la pena comprar la guía que te venden en la entrada y llevar un teleguía. Hacía un día muy muy muy frío y tanta humedad que la cámara se nos empañó...

Veréis en las fotos qué caras tenemos de frío. Brrrrrrrrrrrrr! Debo decir que las fotos de todo el viaje las hicimos entre los tres, por lo que en las que salimos Kike y yo es Pol quien hace la foto. Es una estupendo fotógrafo, le salen algo torcidas pero quizá es su modus operandi, ¿no?





Día 3 de Abril de 2.007- Edimburgo-Elgin

Durante la mañana, como ya he dicho, visitamos el Castillo de Edimburgo. Las fotos anteriores correspoden al día de hoy. Después de visitar la Royal Mile, la Princess Street e intentar encontrar el parlamento, salimos de Edimburgo rumbo a Elgin, donde tendríamos alojamiento aquella noche.



Decidimos recorrer la costa este de Escocia, atravesando el Forth Bridge, hacia St. Andrews.



Saint Andrews es un pueblo costero que combina su ambiente universitario con ambiente golfista. Es la cuna del golf.


La Universidad de St., Andrews es famosa en el mundo entero y allí se educan muchos de los miembros de la clase aristocrática y/o acomodada inglesa e internacional.
















Conserva su trazado medieval de vías paralelas de las que arrancan callejuelas (closes) sin salida. Al igual que Oxford y Cambridge, St. Andrews carece de campus. Muy bonito pero ¿cómo entiendes una universidad sin campus? Pues se esparcen todos por el pueblo, como hacíamos nosotros, pero sin campus...

Ya me habían dicho que cuando salía el sol (cosa rara en esa zona) es una de las poblaciones más bonitas de Escocia.



Después de visitar St. Andrews volvimos a coger el coche en dirección a Aberdeen. Esta ciudad es el motor económico del nordeste, alimentada por la industria petrolera del mar del Norte. Debido al dinero del crudo es tan cara como Londres y Edimburgo. Es conocida por la "ciudad de granito", ya que gran parte de ésta fue construida con granito plateado.


Una vez vista Aberdeen seguimos camino hacia Elgin. Allí nos esperaban en The Croft, un B&B muy recomendado y que cumplió con creces nuestras expectativas.






La propietaria de The Croft nos enseñó la casa. Era preciosa. Estas casas estilo victoriano tienen un encanto especial.



La habitación espaciosa y muy muy británica. Llena de cenefas, flores, cojines y complementos. Estas buenas señoras son la mayoría iguales: mantienen sus casas impolutas pero eso sí, llenas de cachivaches que la mayoría no sirven para nada. Opinamos los tres que fue el mejor B&B en el que estuvimos. La buena señora había ganado montones de premios y honores por la buena gestión de su B&B, por su limpieza, por su trato; por todo absolutamente. Y la verdad es que lo merece.







Ann nos recomendó un lugar para cenar a base de pescado. No recordamos el nombre, imagino que el motivo es que cenamos bastante mal y la camarera estaba de bastante mal humor (o quizá era así de natural; pobre chica).


Volvimos a The Croft dando un paseo por el pueblo de Elgin. La zona estaba formada por casas estilo victoriano. En cualquier momento esperaba yo ver cruzar la calle a Miss Marple... qué emoción!

Día 4 de Abril de 2.007- Elgin-Lago Ness

Abandonamos The Croft en Elgin para dirigirnos a ver el Lago Ness. Eso sí, después de un copioso Scotish Breakfast: consistente en bacon, huevos de todas las formas (escalfados, fritos, pochados, revueltos...), salchicha, champiñones fritos, mermelada, tostadas de plan blanco y moreno... o sea, colesterol a borbotones. A ver, el primer día te hace ilusión semejante desayuno pero al siguiente ya no tanto, y al tercero... puaf!


Nos gusta a todos comer pero eso ya es gula. Qué cantidad de comida!



Nos pusimos rumbo al Lago Ness pasando por Inverness. Deseosos todos de encontrar a la famosa Nessie. Que para los no entendidos diré que es hembra. "Una monstruo", vamos. La buscamos sin éxito... pero después nos enteramos de algo que luego contaré.


La leyenda de "la monstruo" comenzó en el siglo VI cuando San Columbano -monje irlandés que evangelizó Escocia- evitó que "un enorme animal semejante a una serpiente" atacase a un hombre que nadaba en el lago; sin embargo, la "monstruomanía" se desató a mediados del s. XX cuando todos los periódicos británicos publicaron el encuentro de Mary Hamilton, en 1933, con "un animal de cabeza pequeña y cuello muy largo y delgado que debía medir 24 metros de largo".

Había nacido el mito (merchadising, vamos).

Los tabloides ofrecieron suculentas recompensas a todo el que facilitase información sobre el monstruo e incluso instituciones de tanto prestigio como el British Museum, el diario "The Times" o el Parlamento iniciaron sus propias investigaciones; en tan sólo un año se recopilaron más de 600 testimonios con descripciones de testigos que incluso aportaban imágenes, tanto fotografías como filmaciones, de lo que ya nadie dudaba que era un auténtico plesiosaurio; es decir, un dinosaurio marino del periodo jurásico.
Un año más tarde, en 1934, se tomó la famosa imagen de la cabeza del animal asomando fuera del agua; la foto se atribuyó al físico inglés Robert K. Wilson y muchos entusiastas la consideraron entonces como la prueba definitiva de la existencia del monstruo.

Hoy día, sin embargo, sabemos que fue un fraude.



En 1993, un hombre llamado Christian Spurling confesó, en su lecho de muerte, que él y su hermanastro habían sacado aquella foto del "monstruo" atando un juguete a un flotador para vengarse del periódico que había despedido a su padrastro.

El fraude cayó como un jarro de agua fría entre los entusiastas de Nessie y puso en tela de juicio la investigación de muchos especialistas que, a pesar de todo, siguieron intentándolo -sin éxito, todo hay que decirlo- pues todavía no se ha podido demostrar con pruebas, y no con simples conjeturas, que un dinosaurio vive en el lago; y eso, a pesar de que se ha contado con los mejores equipos y con lo último en tecnología para escudriñar cada uno de siete mil millones de metros cúbicos de aguas, negras y oscuras como la boca de un lobo, donde no hace falta sumergirse hasta el fondo, a 225 metros de profundidad, para encontrarse envuelto en una total oscuridad pues, a pocos metros de la superficie, ya no se ve casi nada.


En 1972, una expedición de la Academia de Ciencias Aplicadas de Boston utilizó cámaras subacuáticas y un equipo de sónar para batir el fondo lacustre y, como resultado, obtuvieron la fotografía de una aleta.



Nada concluyente, pero lo justo para que tanto los defensores como los detractores del monstruo utilizaran aquella nueva imagen como un símbolo para demostrar o rebatir, según el caso, sus propios teorías.


Un nuevo estudio, publicado por la prestigiosa National Geographic en 2003, recogió la opinión de algunos científicos que consideraban "una broma" la leyenda del monstruo; aún así, ninguno descartó la posibilidad de que en el lago viviese un gran animal, "pero, desde luego, no un plesiosaurio".

Este animal podría ser un esturión, un pez teleósteo que vive en el mar pero que, en primavera y verano, remonta los ríos para desovar.

El pez, que puede llegar a medir más de 5 metros y pesar unos 200 kg., es de color gris con motas negras en el lomo, donde tiene cinco filas de placas óseas -a modo de púas- grandes, duras y puntiagudas que terminan antes de llegar a su pequeña cabeza.



¿Podría ser éste el monstruo que ha visto emerger del lago tanta gente?








Pol andaba como loco mirando si la veía. Otra vez tendremos más suerte.


También visitamos el Urquart Castle. Según la leyenda, Nessie vive en una cueva bajo las ruinas del castillo de Urquhart, que fue escenario de la película Lago Ness.














Llegamos a Inverness. Encontramos casi sin buscarlo nuestro B&B que esta vez sería Highfield House en la Old London Road. Nos dimos un paseo por la ciudad y nos gustó bastante. Era una ciudad tranquila.

La propietaria del B&B era una señora de unos cuarenta y pico años, muy muy agradable. Su nombre es Margaret. Nos enseñó la casa, que es magnífica y nuestra habitación, muy espaciosa y luminosa.


Después de una ducha, que nos convenía a los tres, nos fuimos a cenar a un restaurante con vistas al castillo de Inverness. No recuerdo el nombre, algo como "Castle Rock" o "Rock Castle".


El detalle "friki" de ese día fue un restaurante que vimos que se llamaba "LA TORTILLA ASESINA". Ahí os pongo un anuncio para el que quiera ir. Se trata de un restaurante supuestamente español donde hacen tortillas; no tiene pérdida, está justo al lado del castillo.



Nos hizo gracia el asunto. Cenamos bien en el Castle Rock (o como se llame) y nos fuimos paseando hasta Hihgfield. Al día siguiente íbamos hacia la Isla de Skye a ver focas!

Día 5 de Abril de 2.007- Lago Ness-Skye Island















La noche en Highfield House la pasamos estupendamente. La verdad es que la casa es preciosa y, Margaret, la propietaria más simpática que hemos encontrado. Realmente viajar a Escocia mediante Bed and Breakfast (B&B) es ideal. Los hoteles son caros y malos. En cambio, existe una red nacional de B&B de máxima calidad que te permite viajar bien de precio en óptimas condiciones.

Menos tres noches, el resto lo pasamos en un B&B y volveríamos a hacerlo, porque funciona estupendamente. Todos los buscamos por internet. Existe una especie de consorcio de B&B que tiene el símbolo siguiente y que son de máxima garantía:




La verdad es que éramos reacios a este sistema puesto bajo nuestro punto de vista es muy incómodo el ir a dormir a casa de otro. Pero no es así. Te sientes absolutamente como si estuviera en un hotel. Son casas enormes donde tú tienes tu llave y no encuentras a nadie por la casa.


Recordamos a Margaret con especial cariño puesto fue encantadora.








Día 6 de Abril 2.007- Skye Island- Peninsula Kyntire (Stonefield Castle)



Dejamos la casa de los Stuart después que Iris nos hiciese un abundante desayuno, repleto de colesterol pero muy buenas intenciones. Allí coincidimos con uns catalanes que hacían el mismo viaje que nosotros pero a la inversa. Fue en Fernlea donde supimos algo de Nessie: ¿recuerdas que he dicho que nos depararía una sorpresa? Pues Iris, la dueña de Fernlea, nos dijo que nosotros no le habíamos visto a ella pero ella a nosotros sí según rumores que le habían llegado. Cuando le tradujimos esto a Pol abrió unos ojos como limones... Qué risa!


Fernlea había sido el B&B más justito de los que habíamos estado. Los anteriores nada tenían que envidiar a un hotel de 4 estrellas y veníamos muy bien acostumbrados.

La Isla de Skye está bien visitarla aunque resulta muy inóspita para mi gusto y las carreteritas se las traen...


O sea, que otra vez coche y a salir de la isla atravesando los páramos inóspitos y olvidados de la zona. Pasamos por Fort William, resiguiendo Loch Linnhe hasta llegar a Oban.

Oban es una preciosa ciudad con puerto. Está situada en una preciosa bahía con panorámicas espectaculares de Kerrera y Mull. No hay mucho que ver en esta ciudad pero es un lugar muy concurrido repleto de restaurantes y pubs. Comimos en Oban y seguimos por la A816 hacia la Peninsula de Kyntire. Hacia Tarbert.


Por el camino encontramos un pueblo precioso con vistas a Loch Fyne: Lochgilphead.



Vale la pena pararse en este pueblecito y visitar la iglesia que vemos al fondo. Después, de camino hacia Tarbert...

Allí nos alojaríamos en un castillo...castillo con fantasma.....


El Stonefield Castle.


Este castillo fue construido durante el siglo XIX en un gran parque. Las vistas que tiene desde el restaurante son maravillosas. Incluso hoy en día, este hotel-castillo cuenta con un inigualable encanto. Pasear por sus jardines resultó una experiencia fantástica.






Fuimos a echarle un vistazo y nos acercamos al precioso pueblo de Tarbert, que es la puerta de Kyntire. El castillo de Tarbert está totalmente destruido y recubierto por hiedra. Fue construido por Robert Bruce en el siglo XIV. Después de darnos una estupenda vuelta por este pueblecito nos fuimos a dar una ducha al Stonefield Castle para prepararnos para la cena.



Ya en el Castillo, intenté tomarles el pelo a Pol y a Kike cambiándoles sus cosas de lugar para que pensaran que era el fantasma, pero no tardaron en pillarme... Os pongo unas fotos del interior y el exterior del castillo.










Después de la ducha volvimos a Tarbert. En la Lonely Planet nos recomendaban para cenar el Victoria Hotel y la verdad es que fue la noche que cenamos mejor.

Aunque todavía hoy no sabemos Kike, Pol y yo qué cenamos porque era una especie de marisco con una salsa muy extraña. Quizá que mejor nunca lo sepamos. Pero estaba buenísimo.







Como véis, es un hotel con fachada de color amarillo en el que sirven buena comida, sin grandes pretensiones. Queda frente al puerto y desde sus ventanas puedes apreciar la subida o bajada de las mareas.
Después de la cena dimos un paseo por el pueblo y volvimos al castillo. Sólo quedaba a unos 2 o 3 quilómetros del Victoria. La noche fue tranquila. Pese a la insistencia de Pol, el fantasma del castillo no apareció...


Aunque estamos convencidos que, durante la noche, estuvo observándonos...


Día 7 de Abril- Penynsula de Kyntire- New Castle









La noche en el Castillo estuvo muy bien. Pol y yo, después de desayunar nos dedicamos a recorrerlo. Nos hacía mucha gracia porque si pisabas en cierto lugar del vestíbulo crujía de una forma fantasmal y no hacíamos otra cosa que pasar y volver a pasar para oír aquel sonido. Kike nos miraba como diciendo..."qué mal están los pobres!" (pero se le escapaba también la risa...).
























Partimos pronto del Castillo STONEFIELD CASTLE. Fue fantástico alojarnos en él. Hubiera sido inadmisible ir a Escocia y no alojarnos en uno de estos viejos y misteriosos edificios.

Hacía un día precioso, soleado. Desandamos lo andado, de Tarbert a Lochgilphead, parando en Inveraray -que es un pueblo precioso de casas blancas sobre el Loch Fyne- donde vale la pena visitar el precioso castillo (residencia de los duques de Argyll).



Inveraray (Inbhir Aora en gaélico): Es un pueblo tradicional de Argyll y era el antiguo hogar del Duque de Argyll, quien lo fundó en 1745, junto a su vivienda, el Castillo de Inveraray.








Sus distintivas construcciones blancas en la orilla del loch hacen a Inveraray un destino turístico muy popular gracias a su gran número de atracciones, entre ellas el castillo. También se encuentra la cárcel de Inveraray la cual es ahora un museo. El castillo es un edificio con torretas de cuento de hadas y falsas almenas. Vale la pena visitarlo.


Seguimos nuestro camino resiguiendo Loch Fyne con dirección a Glasgow. ¿Qué decir de Glasgow? A Kike le encantó, a mi no me gustó nada. Por definirla (y según mi opinión) es un ciudad punk, grounge, cuna de la música... y algo (bastante) sucia. A mí dame castillos, casas victorianas y té con limón...




Vimos unos cuantos músicos callejeros, mucho bullicio y también a unos cuantos carteristas. Comimos en Glasgow y dedicamos parte del día que nos quedaba a recorrer la ciudad; aprovechando para comprar allí todos los regalos.



Los orígenes exactos de la ciudad de Glasgow todavía son objeto de debate entre los historiadores, sin embargo, en general, se reconoce que en el siglo VI fue el misionero cristiano Kentigern, quien llegaría a ser el Santo Mungo, fundó un monasterio en la zona donde el Molendinar Burn desembocaba en el río Clyde. Situada al lado del río Clyde, es la ciudad más poblada de Escocia y se sitúa a 71 km al occidente de Edimburgo. Durante los últimos 20 años Glasgow ha experimentado un gran cambio. Desde los años setenta hasta la actualidad, la actividad principal de la ciudad ha pasado de las industrias pesadas como, por ejemplo, la construcción de barcos (aunque en la actualidad todavía se realiza a menor escala), a las industrias de servicios como por ejemplo la tecnología de la información y el turismo.










No dejamos de ver, por supuesto, la Catedral, pero sólo por fuera, estábamos agotados.



Comiendo en Glasgow decidimos pasar la noche en New Castle. Al día siguiente teníamos el vuelo y no queríamos arriesgarnos a perder el vuelo por cualquier incidencia. El camino de Glasgow a New Castle por la A74 (Autopista) es muy aburrido pero al llegar a Carlisle la cosa cambia...la A69 (carretera nacional) es preciosa.


Está todo lleno de campos verdes repletos de ovejas pastando. Típica campiña inglesa (y digo bien, no pertenece esta zona a Escocia, es Inglaterra).









La verdad es que nos encantó el paisaje durante el retorno. Pasamos muy cerca del Muro de Adriano y llegamos finalmente a New Castle, que es una ciudad no muy grande formada mayoritariamente por casitas bajas. y...!horror! No encontrábamos ni un solo hotel... la única noche que no llevábamos concertada.





Finalmente recurrimos a tiro seguro: cerca del aeropuerto tenía que haber "o sí o sí" un hotel. Cierto. Sólo había dos hoteles como opción pero ya teníamos suficiente.












Cenamos en el mismo hotel. Y cómo notamos que estábamos en territorio inglés! Con lo amables que habían sido todos los escoceses percibimos el cambio. Digamos que los ingleses no son los escoceses...sin más!
La verdad es que el pueblo escocés es un pueblo encantador, servicial y muy discreto. En cambio, los ingleses, a mi entender, son harina de otro costal. En fin, para gustos, colores.
Dormimos a pierna suelta. El final del viaje llegaba....

lunes, 23 de abril de 2007

Día 8 de Abril- Domingo






Poco nos quedaba ya de viaje. Estando tan cerca del aeropuerto no tuvimos que preocuparnos demasiado. Llegamos pronto al New Castle Airport, facturamos las maletas y nos fuimos a desayunar. Ahora ya habíamos aprendido algo: pedir un expresso con tal de conseguir un cortado algo "decente"....

Teníamos ganas ya de volver a casa. Viajar está muy bien pero al final de todos los viajes estás deseando llegar ...



Mientras desayunamos estuvimos haciendo balance del viaje. La verdad es que todo nos fue muy bien y lo más importante: Pol disfrutó como un enano, lo que es...